miércoles, 16 de diciembre de 2015

La memoria ¿para qué?

Por José Zenón Ruano Villalba. Profesor de Física y Química del IES Viera y Clavijo.

La Ley de Educación de 1970, que instauró la E.G.B. y el B.U.P. en nuestro País, en su preámbulo recoge lo siguiente:

Para intensificar la eficacia del sistema educativo la presente Ley atiende a la revisión del contenido de la educación, orientándolo más hacia los aspectos formativos y al adiestramiento del alumno para aprender por sí mismo, que a la erudición memorística, a establecer una adecuación más estrecha entre las materias de los planes de estudio y las exigencias que plantea el mundo moderno, evitando, al propio tiempo, la ampliación creciente de los programas y previendo la introducción ponderada de nuevos métodos y técnicas de enseñanza, la cuidadosa evaluación del rendimiento escolar o la creación de servicios de orientación educativa y profesional, y la racionalización de múltiples aspectos del proceso educativo, que evitará la subordinación del mismo al éxito en los exámenes.

Después de esta Ley que duró más de 20 años, yo estudié antes de su implantación, han habido 4 reformas más en los 25 restantes hasta hoy: LOGSE, LOCE, LOE y LOMCE. Ninguna ha conseguido ni conseguirá evitar los exámenes memorísticos que evalúan contenidos cada vez mayores de programas que poco o nada tienen que ver con el mundo moderno ni de hace 45 años, en los que los móviles no existían ni en la imaginación de los escritores de ciencia ficción.

En 2015, 45 años después nada más y nada menos, he tenido la discusión con algunos de mis alumnos y alumnas acerca de la conveniencia o no de estudiar de memoria la Tabla Periódica.

Entre 1975 y 1980 yo estudié la carrera de Química y, efectivamente, convenía saberse la Tabla Periódica de memoria. Echando un vistazo a la Tabla en la actualidad, nada más y nada menos que 12 elementos se han descubierto con posterioridad a esa fecha. Y 7 tipos de partículas subatómicas distintas incluyendo las más recientemente descubierta, el bosón de Higgs, predicho en 1964 (nunca oí hablar de él hasta hace bastante poco) y encontrado en 2012.

La información hasta finales del siglo XX estaba en manos en manos de un número reducido de personas. Con las nuevas tecnologías la información ha pasado de las bibliotecas al ordenador de bolsillo (móvil, smartphone, tablet, note-book) y a ella tienen acceso muchísimas personas.

Yo me tenía que aprender los teléfonos (fijos, por supuesto) de memoria o cargar una libretita con los números apuntados. Hoy sé manejar la agenda del móvil y en poco tiempo hago la llamada que quiero, incluso sin teclear nada, sólo con mi voz. Pero no me sé ni el número de mi móvil, si me lo preguntan hago una llamada perdida para que la otra persona lo grabe, también sin teclear ningún número.

No sé hablar alemán, pero mi smartphone si, con algunas limitaciones aún, pero lo suficiente para comunicarme, o chino o ruso.

Esa es nuestra vida moderna que abandonamos en cuanto entramos en clase. Nos aprendemos las cosas de memoria y cuando el profe pide que razonemos nos quedamos en blanco. Para qué usar libros de texto enormes y pesados que nos fastidian la espalda cuando en una simple tablet cabe tanta información que en nuestra vida completa seremos incapaces de leerla siquiera, y mucho menos entenderla.

¿Cuándo dejamos atrás los exámenes memorísticos de los contenidos y examinamos de  procedimientos, capacidades y competencias?

¿Cuándo dejaremos de prohibir el uso de los móviles, porque ahora sólo los utilizamos para chatear, para incorporarlos como una herramienta poderosa a nuestro aprendizaje?

¿Para cuándo esta reforma?

No hay que aprenderse la Tabla Periódica de los Elementos de memoria sino cómo le extraemos toda la información que contiene. La pregunta de cuáles son las valencias del cloro, que nos la responde Internet en breves instantes, debe ser sustituida por la de por qué son 1, 3, 5 y 7 y no 2, 4 ó 6. Cuando se la he hecho a mis alumnos y alumnas el fracaso ha sido enorme. Se las saben de memoria, pero no entienden cuál es la iónica y cuáles las covalencias, ni por qué es así ¿Culpa de ellos? ¿Culpa del profe? ¿Culpa del Sistema?

Fdo: José Zenón Ruano Villalba. Profesor de Física y Química del IES Viera y Clavijo.


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